En esta ocasión te voy a hablar de un tema rudo, difícil, de esos que probablemente no le guste tratar a más de uno. A mí en lo personal, me cabrea. Llegue a sentir un poco de enojo al momento de escribir estas líneas, me genera tensión expresarlo, ya que vienen a la mente todas aquellas situaciones incomodas por las que uno tiene que pasar en esta honorable profesión.
Diseñar gratis, malbaratar de forma intencionada u otorgar el proyecto a cambio de un beneficio futuro, es una práctica constante en Latinoamérica que denigra el valor de las ideas, la adecuada planeación, el desarrollo sostenible y la visión a futuro que ampara un proyecto de arquitectura. Se ha normalizado tanto que hasta zozobra llega a producir en nosotros los arquis que nos apasiona el diseño arquitectónico.

No hay manera de evitar las situaciones que se nos presentan ya que son siempre variables, en más de una vez te sentirás estafado o manipulado, a veces puedes caer en la trampa y no darte cuenta hasta que sea demasiado tarde. Más que consejos te presentare estas 7 anécdotas que me hicieron cuestionarme el por qué ciertas personas incluso los mismos colegas no valoran el diseño.
1.- EL GODIN RENEGADO.
En mis tiempos de Godínez como proyectista dentro de una constructora, (llámese Godínez a un empleado de oficina) en una ocasión me toco escuchar como un residente de obra despotricaba en contra de los que integrábamos el área de diseño. Vociferaba que si no fuera por él, nosotros no tragábamos. Se quejaba de los cambios en el proyecto y manifestaba sobre que el diseño no era relevante sugiriendo que el ingreso en la empresa se generaba únicamente de su accionar.
Aquí déjame abrir un paréntesis. La obra de arquitectura es un trabajo de equipo, y el diseño es el inicio en la suma de esfuerzos. Los clientes invierten su dinero gracias a las ideas detrás del proyecto y la planificación, nada surge por sí solo.

2.- ROMANTICO Y SOÑADOR.
Resulta que me ha tocado que hasta en las pláticas entre colegas me llaman en tono de burla como un romántico o soñador cuando hablo del valor del diseño como la importancia medular en la arquitectura. Y es que a menudo se le da más importancia solo al trabajo que genere más billetes. No me tomen por tonto, claro que es vital el dinero. Pero les aseguro que si nos remontáramos a aquel momento en que decidimos ser arquitectos, la mayoría recordaría que lo hizo por vocación y no tanto pensando en el dinero.
No me creas solo a mí. Revisa el perfil de ingreso/egreso del estudiante que tienen en muchas de las universidades de tu área y seguro que en varias encontraras las palabras: diseño, creatividad, imaginación, cultura arte e innovación. Entonces, si el modelo educativo promueve todo eso, en la práctica acabamos regalando lo más valioso que se suponía teníamos por aportar a la sociedad.
Considero que al experimentar la dura realidad esta termina aplastando nuestra poca convicción. Por supuesto que debemos buscar vivir bien de la arquitectura, pero sin traicionar la ética y los valores de la profesión.

3.- EL PNDJO
En los primeros trabajos que se me presentaban tenia tantas ganas de construir un diseño propio que termine cayendo con un cliente toxico. Exigentillo que todo le urgía, muchos cambios y al final nada. Invento la mentira que lo iban a correr de su trabajo para sacarme de la jugada y acabo aplicando la vieja confiable. Construir con el albañil.
En ese entonces yo era tan inocente que había soltado casi toda la información. Un año después me entere buscando una dirección cercana por Street view que aquella remodelación estaba construida igualita a mi proyecto. Tuve algo de paz mediante una pseudo venganza dando aviso a obra pública de que construyo sin permiso, cuando menos habrá tenido que pagar por la regularización de la finca.

4.- LA PALABRA POR SI SOLA NO VALE.
Una tarde realice una asesoría a domicilio para un proyecto de remodelación. Como es usual platique bastante con el cliente sobre sus necesidades y parecía haber buena química antes de platicar sobre el costo de los servicios. Llegado a este punto se me hizo la proposición de realizarle el proyecto con la idea de más delante darnos la ejecución de la obra. No me negué pero quise ponerlo a prueba negociando algo formalizado… si él estaba dispuesto a firmar un contrato de intención para que en caso de que no se concretara la ejecución de obra, tendría que pagarme el proyecto integralmente. Justo al día siguiente le envíe mi cotización formal. Mas nunca hubo respuesta, quede tipo meme de Pablo Escobar.
5.-FINANCIAR EL TRABAJO
No hace mucho estuve en otra situación incómoda en la que el prospecto, un desarrollador inmobiliario buscaba que le realizara perspectivas 3d anteponiendo estas condiciones: calidad Premium, mucho volumen de trabajo, tiempo de entrega ajustado, la última realmente me hizo brincar de mi silla. No se me pagaría un centavo hasta que no se concretara la venta de cada casa, con la promesa de incrementar las ganancias exponencialmente por cada vez que se vendiera un prototipo… Si no se vendía, pues ni hablar, no habría pago.

Basta decir que aquella persona ofrecía como pago por cada perspectiva una miseria, totalmente fuera de mercado. Según el, esta modalidad era un gran negocio. (y claro que sí, pero para el) Termine la reunión en cuanto escuche esa propuesta indecorosa. Esta vez la verdad si me altere un poco, casi sentía ganas de lanzarlo por la ventana.
6.- EL GANAR-GANAR.
Una muy graciosa fue la que se presentó colaborando con un colega, este había sido referido con un fulano, el típico amigo de un amigo y nos estábamos entrevistando. La persona prácticamente nos quería vender la idea de que le realizáramos todo el proyecto ejecutivo de su casa, trámites y permisos por adelantado. El pago de nuestros honorarios seria hasta el momento en que le autorizaran un supuesto crédito bancario que pensaba pedir. El mismo, llamo aquel sinsentido como una relación de ganar-ganar, lo que en su momento nos provocó risas por el descaro con que lo dijo.
7.- GRATIS PARA DON EMPRENDEDOR.
En otra parecida resulta que nos invitaban a hacer equipo con un emprendedor, nosotros pondríamos el proyecto y el emprendedor su gran idea (guau!) Al menos en esta reunión tuvieron la decencia de invitarnos la cena.
REFLEXIÓN
Como estas historias horridas tengo muchas más, probablemente sea bueno hacer una segunda parte para el Halloween. Bromas aparte. Por el momento cerrare con la reflexión.
Hare la aclaración: Considero que SI deben existir casos en los que uno puede donar su trabajo para una causa noble, ayudar a alguien a quien estimemos o podamos invertir nuestro tiempo cuando existe una posibilidad real de negocio junto a personas de confianza, lo mismo que participar en un concurso en el que existen reglas, bases sólidas con un riesgo medido y controlado.

Evitemos pues las situaciones en que otras personas o los mismos colegas busquen sacar ventaja, vendiéndonos la idea de entrar al riesgo de un negocio que no es nuestro; para esto ayuda en mucho ser consciente en cómo llega a ti cada prospecto. Aquellos que son referencia de buenos clientes, los conoces por su trabajo, te conocen a ti o conocen tu trabajo, se informan e investigan cuál es tu propuesta, ellos realmente valoraran tu trabajo. Para que te contacte el cliente ideal la mejor carta de presentación es la calidad de tu trabajo, los testimonios de otros clientes, las relaciones, afinar tu mensaje en la web y redes, trabajar bien tus canales de venta y comunicación con el cliente.
Ten cabeza fría, evalúa y aprende a negarte antes de tomar un trabajo en el que sientas que estas siendo aventajado, manipulado o engañado. No regales tu trabajo a cambio de promesas sin compromiso real de ambas partes. Aprende a identificar las señales de alerta de acuerdo a tu experiencia, existen personas que tienen mucha habilidad en la manipulación y el engaño. Créeme existen esas personas sin escrúpulos y en tu camino te encontraras con muchos de ellos. Puede que alguna vez caigas, habrá que aprender de la experiencia, pero nunca te equivocaras de la misma forma.
RECUERDA lo gratuidad no es calidad, nada es gratis y todo tiene fecha de caducidad, sin profesionalismo ni garantías, no se obtienen compromisos ni responsabilidades.
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