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Foto del escritorArq. Gerardo Flores Rojas

VENCER A LA HOJA EN BLANCO

Actualizado: 28 jul 2021





Todos nos hemos enfrentado alguna vez al miedo de comenzar a plasmar nuestras ideas sobre una hoja en blanco, ya sea en papel o en un lienzo digital. La verdad es siempre es difícil empezar sin tener información alguna sobre lo que tenemos que hacer.


En nuestro oficio como arquitectos, las ideas que definen un proyecto no nacen meramente de garabatos, ocurrencias o suposiciones representadas en dibujos. Si bien somos conocidos por plasmar nuestras ideas en planos a manera de un lenguaje principal, lo que hay previo a esto es lo que realmente origina y da forma a las ideas. El diseño surge del pensar, cuestionar, experimentar y analizar.


Te preguntaras ¿pero de donde obtengo esas ideas?


El arquitecto chileno Alejandro Aravena (premio Pritzker 2016) advierte que el proceso de diseño empieza por identificar la pregunta correcta. No hay nada peor que responder bien a la pregunta incorrecta.





Una experiencia muy común en la actualidad es cuando se acercan clientes buscando idealizar sus proyectos partiendo de imágenes y estilos tomados de Pinterest o Instagram sin cuestionarse en cómo se llegó a dar el resultado, buscándolos replicar sin fundamentos.

Si como arquitecto o cliente iniciáramos con el diseño buscando fachadas o analogías en internet caeríamos en un error. Las imágenes claramente nos inspiran y muestran ejemplos, mas no suplen el proceso mental para definir los conceptos y mucho menos son transferibles a otras realidades sociales, geográficas o necesidades.


Ante tal situación, debemos esclarecer con el cliente la importancia de las variantes y factores que intervienen en el diseño tales como: las dimensiones del lote, las necesidades específicas del usuario, el entorno, el marco físico natural y artificial, las tecnologías constructivas disponibles, dar una respuesta adecuada al contexto, definir el presupuesto disponible y por supuesto todo eso surge de la interacción necesaria entre cliente y arquitecto.

Por esto y previo al proceso de diseño podemos identificar 4 factores de los cuales obtendremos los datos necesarios para idear el proyecto:


1.- EL CLIENTE: El factor más variable ya que no hay uno igual. De sus necesidades surgen las preguntas que debemos hacernos al momento de diseñar; las respuestas a esas preguntas serán nuestras decisiones de diseño. Debemos interpretar sus deseos y documentarlos en lo que llamamos programa arquitectónico, en donde enlistaremos las necesidades, espacios, dimensiones, relaciones entre ellos y determinaremos que necesidades primarias debemos resolver e identificar las posibilidades del proyecto.


Además de esto, debemos tener en mente que nuestro cliente no siempre es el usuario final, por lo que es importante conocer los usos, actividades, mobiliario, equipamiento y demás dinámicas que se darán en los espacios a diseñar. Al Interactuar con los clientes obtendremos valiosa información y recibiremos su retroalimentación para ir puliendo el diseño.


2.-EL TERRENO:

Visitar el terreno o el lugar del proyecto tanto con el cliente como con el equipo de trabajo permite detectar posibilidades, anticipar problemas, habría que “sentirlo” en su estado inalterado. Si no haces la visita podrías estarte perdiendo de algo muy importante.

Un caso histórico de un buen análisis de sitio lo tuvo el arquitecto Frank Lloyd Wright quien en su célebre Fallingwater al visitar el sitio, documento la ubicación, las dimensiones y especies de toda la vegetación. Estudio las formaciones rocosas, sintió la propia cascada con los sonidos, sensaciones y las visuales que provocaba, todo esto antes de siquiera esbozar un trazo.





3.- INFORMACIÓN Y DOCUMENTACIÓN: Debemos recopilar toda la información posible que exista y si no está a la mano es nuestro deber documentarla: Levantamiento del predio, orientación, topografía, vegetación existente, visuales de relevancia, alturas de construcciones vecinas, levantamiento fotográfico e imagen urbana. Por supuesto los libros son una fuente inagotable de información, no olvidemos que ya existió alguien que se enfrentó a un dilema parecido y podemos aprender de sus conocimientos. Por parte de la normatividad debemos conocer el reglamento de construcción (si el proyecto se encuentra un desarrollo privado el reglamento es especifico del sitio)


4.-VIDA Y EXPERIENCIAS: Nuestros viajes, experiencias, las personas con las que interactuamos y de las que aprendemos amplían nuestro panorama de la realidad. Definitivamente tener estas experiencias nos ayudara creativamente.












Como reflexión final podríamos decir claramente que a medida que obtenemos experiencias nos damos cuenta de que realmente nunca existió la hoja en blanco. El buen diseño no es receta de cocina, requiere de investigar, experimentar, informarse y documentar. La participación colectiva de los implicados es clave y no la voluntad o capricho de uno solo.



Al respecto sobre la hoja en blanco el arquitecto Norman Foster menciona: en este mundo tan interrelacionado no existe la hoja en blanco". Todos en la creación "estamos vinculados consciente o inconscientemente"






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